Existe acuerdo unánime entre los expertos acerca de la inducción del parto en gestaciones prolongadas (a partir de la 42 semana de gestación) y sin que la parturienta presente ciertas patologías de base, como diabetes, hipertensión u otras.
Un estudio desarrollado por el hospital Materno-Infantil de Canarias en gestaciones prolongadas de bajo riesgo demuestra que las pautas de actuación médica no están tan claras cuando en estos embarazos avanzados no se presentan las condiciones favorables en el cérvix o cuello de útero.
En el estudio se han comparado las dos prácticas más comunes: la llamada pauta activa, que consiste en madurar o dilatar el cuello uterino con unas sustancias conocidas como prostaglandinas E2 en la semana 42, y la llamada pauta expectante, que se ocupa del estudio cada 48 horas de la maduración cervical y del estado del feto, con inducción del parto si las condiciones del cérvix son favorables y/o si existe evidencia de daño fetal.
Según esta investigación, las mujeres a las que se practicó maduración cervical con prostaglandinas arrojaron una tasa inferior de cesáreas (un 6% menos) y muchas menos probabilidades de hemorragias graves.
La inducción al parto es la práctica más recomendada en embarazos prolongados.
Otros trabajos similares revelan los mismos resultados, al confirmar que la pauta activa en parturientas de bajo riesgo disminuye significativamente el número de cesáreas, aproximándose al 11,3%, cuando la media nacional en España supera el 20%.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), que fija la tasa media española por debajo del 16%, admite que ésta es superior a la recomendada en los consensos internacionales, incluso si eso aumenta la tasa de partos con fórceps por encima de la media europea.
Los ginecólogos observan que cuando la inducción del parto en gestaciones prolongadas se emprende con un cuello uterino aún sin madurar o dilatar, las posibilidades de que ese parto acabe en cesárea se multiplican. Por el contrario, constatan que si se lleva a cabo la pauta de maduración activa con los fármacos conocidos como prostaglandinas de liberación controlada, la tasa de cirugías se reduce drásticamente.
Del mismo modo, los expertos sostienen que hay que modificar la tendencia a practicar una nueva cesárea en mujeres que la han requerido en un parto anterior. Aconsejan realizar una prueba de parto a todas las que hayan tenido esta experiencia, que no necesariamente obliga a pasar de nuevo por ella en sucesivos partos. Es necesario estudiar las causas en casa situación y proceder de acuerdo con las características personales de cada caso.
Otras de las nuevas recomendaciones se refieren a los partos de nalgas. Los últimos avances demuestran que gracias a un procedimiento denominado versión cefálica externa, es factible convertir las presentaciones de nalgas en presentaciones de cabeza, que son las más naturales o fisiológicas.
Si te ha parecido interesante este artículo sobre el parto en embarazos prolongados, te recomendamos que visites nuestra sección de partos.