Parece raro encontrarse con alguien que nos hable del parto de manera positiva, pero sí, te puedo asegurar que el parto es una experiencia única e increíble.Yo lo he vivido así y quiero contarte a través de mi experiencia que no debes preocuparte.
Muchas y muchos pensarán que quizá digo esto porque mi parto fue corto o no me dolió. Pero nada de eso: 11 horas de doloroso recorrido con oxitocina y 2 días en el hospital, antes de darle la bienvenida sin epidural a mi pequeño bebé. Se preguntarán entonces, cómo puedo asegurar que el parto puede ser algo tan maravilloso, con todo el dolor y desconcierto que me supuso.
Porque sí, ¡Las mujeres sabemos parir! Tan sólo tenemos que escuchar nuestro interior. Pues bien, a mis 40 semanas y dos días, 26 años y con unas cuantas clases de preparación al parto y poco más, me presenté en el hospital con la bolsa rota y alguna que otra contracción.
Ahí comenzó mi pequeña historia de espera. Pedía y pedía a mí misma ponerme de parto, pero mi cuerpo no reaccionaba. Así, tuve que ser fuerte ante todos mis miedos, ya que finalmente me lo tuvieron que provocar al día siguiente. En ese momento, y a pesar de que a mi modo de ver todo empezaba mal, decidí respirar. Sólo me quedaba esperar.
Así que decidí, que lo único que podía hacer era poner lo mejor de mí y no interponerme a nada de lo que tuviera que pasar. Las cartas ya estaban echadas
La experiencia del parto
Las horas que siguieron fueron de intensos dolores hasta que, finalmente, unos gritos que me salieron del alma y me conectaron con mi esencia más pura dieron paso a la historia de amor más salvaje y hermosa que jamás se escribió y que permanece en los corazones de toda mujer que ha podido vivir su parto de una forma consciente.
Y así es, el parto es la experiencia más fuerte y mística que una mujer puede jamás vivir.
Si estás embarazada no te apures, pero lee e infórmate de las mil maneras que hay de parir. Haz tu plan de parto de manera activa y consciente. Pero no te hagas demasiados ideales ni planes, porque parir va más allá de la epidural, la oxitocina y la cesárea. A veces los planes estrictos crean barreras.
¿Quieres un último consejo? Vive cada momento sin adelantarte, ni pensar, ni temer. ¡Será como tenga que ser! Ten una actitud abierta a cambios y permítete sentir el dolor, porque de alguna manera te prepara para el milagro. Tú bebé está por nacer y será él quien decida él cómo.
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