¿Puedo empezar un proceso de adopción mientras estoy en un tratamiento de fertilidad asistida? ¿Es la infertilidad un factor positivo o negativo a la hora de conceder un certificado de idoneidad?
Aunque no siempre es así, muchas personas llegan a la adopción después de haberse sometido a tratamientos para poder engendrar un hijo. Como la mayoría de las parejas, cuando decidieron ser padres, lo primero que hicieron fue intentarlo por la vía natural. Al tener dificultades para engendrar un hijo, se plantean la vía de la adopción.
La infertilidad (diagnosticada o sospechada) es una de las motivaciones más frecuentes entre las parejas de adoptantes. Tanto el embarazo como la adopción son dos caminos alternativos que conducen a un mismo destino: fundar una familia. Sin embargo, hacer el paso de uno a otro requiere un cierto tiempo.
Infertilidad y adopción son dos palabras con una estrecha relación, pero hay que ser cautos antes de tomar una decisión que cambiará para siempre una vida.
Estar en tratamiento suele ser causa de denegación del C.I. Esto es así porque se considera que, aún siendo ambos caminos para responder al deseo legítimo de ser padres, son diferentes y difícilmente compatibles.
Para poder abrir el corazón a un hijo que llegue a ti a través de la adopción, antes tendrás que despedirte del hijo que un día soñaste. Un hijo que se pareciera a ti y a tu pareja. Un hijo del que disfrutarías su primera sonrisa, su primera palabra y al que ayudarías desde el primer día para que creciera sano y feliz. Despedirse de la idea de un hijo biológico es un proceso diferente en cada persona. Para muchos, es doloroso aceptar que su proyecto de familia no puede ser como siempre habían pensado. Hay quienes en esta fase de dolor se sienten como si hubieran herido su autoestima. Recuperarse del golpe y volver a sentirse a gusto con uno mismo y con su relación de pareja es imprescindible para poder estar en disposición de aceptar como propio un hijo que salió de otra matriz.
“Querer ser padres” es un elemento imprescindible para realizar una adopción, pero no es el único. Para ser idóneo (esto es, para estar en condiciones de dar una familia adecuada a un niño que ha perdido la suya), necesitas también un período de reflexión e información para entender los retos añadidos que la adopción conlleva.