La familia debe formar un tándem junto con la escuela para educar a los niños, ayuda a tu hijo a proteger su intimidad. Cuéntale a su “profe” sólo aquello que puede ayudarle a entenderlo mejor.
Las historias personales de cada alumno son historias privadas y no deberían ser proclamadas a los cuatro vientos sin su consentimiento. Al compartir información sobre tu hijo con sus educadores, céntrate sólo en aquello que el profesor necesite conocer para interpretar correctamente su comportamiento y para que le ayude a progresar.
– Deja claro desde el primer contacto que estás abierto a colaborar para que la escuela y la familia formen un tándem a la hora de educar
– Recuérdale al profesor que, si compartes con él algunos datos de la historia de tu hijo, es porque crees que esa información puede serle útil, pero que esperas que sea discreto y respete la confidencialidad.
– Ante preguntas que atañan al pasado de tu hijo, pregúntate antes de contestar si es útil para él que su profesor conozca la respuesta. Si no estás seguro, puedes responder con un “¿Por qué lo pregunta?” que te ayude a comprender si hay un interés práctico o se trata de simple cotilleo.
– No asumas que, si cuenta con la información necesaria, el profesor estará preparado para actuar en consecuencia. Desgraciadamente, la mayoría de los educadores no han recibido la formación necesaria para hacer frente a la diversidad de modelos familiares o entender el modo en que las rupturas o la institucionalización afectan a un niño. Ofréceles información concreta para cubrir esta laguna.
En el apartado adopciones de esta guía puedes encontrar algunos enlaces de utilidad.