China, Rusia, Ucrania, México… Si el país de origen de tu futuro hijo no acepta la apostilla de la Haya, la legalización de los documentos del expediente se complica un poco. Te explicamos cómo no perderte.
Junto al certificado de idoneidad, cada país requiere una serie de documentos sobre los adoptantes: certificados de nacimiento y de salud, la declaración de la renta, etc. Para que un documento tenga valor en el extranjero, debe estar debidamente legalizado.
Si el país que has elegido no acepta la apostilla de la Haya, las legalizaciones se hacen “en cascada”. Eso quiere decir que la firma de cada documento debe ser validada por la autoridad superior y ésta a la vez por el organismo superior hasta llegar al Ministerio de Asuntos Exteriores. Una vez ellos han puesto su sello, es el consulado o la embajada del país de origen el que pone un último sello certificando que reconoce como válido el anterior.
Si tramitas a través de ECAI, lo normal es que ellos se ofrezcan a encargarse de este tema previo pago de los honorarios correspondientes. Si no vas por ECAI (o si tramitas con una ECAI de otra comunidad autónoma), seguramente tendrás que hacer parte de los trámites.
Siempre puedes encargárselo a una gestoría, pero si te decides a hacerlo por tu cuenta, verás que es laborioso, pero no difícil. El último tramo de las legalizaciones se debe hacer casi todo en Madrid, por lo que si no vives allí necesitarás de la ayuda de algún conocido o de una gestoría que lleve los papeles a las distintas instancias.
En esta sección de Bebera, puedes descargarte un documento-guía para saber quién legaliza cada papel y en qué orden.