Durante un tiempo se consideraba la edad ideal para tener un hijo el período comprendido entre los 25 y los 35 años. Es cierto que esta etapa sigue siendo muy aceptable. Pero los cambios sociolaborales han dado unvuelco en el estilo de vida en cuanto se refiere al momento de iniciar la vida en pareja y planear tener hijos. Hace 20 años la mayoría de las mujeres de los países desarrollados tenían su primer hijo en torno a los 25. Ahora esa cifra supera los 30.
Y, aunque siempre ha habido mujeres que han concebido hijos y parido de forma natural y sin complicaciones pasados los 40, eran pocas las osadas o despistadas que acometían este proyecto vital. Las mujeres nacen ya con una dotación de óvulos fija y éstos se van perdiendo y deteriorando con el paso del tiempo. De tal modo que a mayor edad, teóricamente mayores son los riesgos de infertilidad, abortos, partos pre-términos y otras complicaciones.
Pero un hecho constatado en las sociedades industrializadas es que la esperanza de vida en las mujeres supera los 80 años. Del mismo modo que se ha alargado el tiempo de vida, se ha prolongado la edad para la maternidad. La incorporación de la mujer al mundo laboral, las crisis económicas, los divorcios y nuevas parejas a edades más tardías han cambiado por completo la sociología de este fenómeno.
Paralelamente, los avances en medicina han hecho que cambie la idea de embarazo de riesgo a partir de los 35 años, como era antes. Ahora se sabe que una mujer sana, que lleve un estilo de vida saludable y que desee ser madre en torno o pasados los 40 pude embarcarse en esta maravillosa aventura, elegida libremente.
El seguimiento médico a lo largo de todo el embarazo, los cuidados y controles obstétricos hacen que las embarazadas de ahora estén mucho mejor preparadas física y mentalmente para esa maternidad tardía. En este aspecto, es de gran importancia algo en lo que insistimos constantemente en esta guía, que está avalada por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO): la vida preconcepcional o previa al embarazo. En ella el médico hará una exploración general y unos controles ginecológicos específicos para ver el buen estado de nuestro organismo para concebir un hijo y nos ayudará a atajar los pequeños problemas o complicaciones que puedan surgir.