Cada vez son más las mujeres de los países industrializados que tienen hijos cumplidos los 35 años, incluso en muchas de ellas se trata del primer bebé. Según datos de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, una de cada cinco mujeres de las sociedades ricas son mamás por primera vez después de los 35, es decir, en la última etapa de su vida reproductiva.
En los países desarrollados cada vez son más las mujeres que tienen hijos en los últimos años de su vida reproductiva.
Hasta hace sólo unos años se consideraba este hecho un factor nada desdeñable de mayor riesgo de complicaciones. Gracias a los avances médicos, a las medidas profilácticas, a la visita pregestacional o antes del embarazo y al estricto control médico obstétrico, la edad avanzada es sólo un factor más dentro de los que hay que tener en cuenta cuando una mujer planifica su gestación.
No podemos olvidar que a partir de los 30 años de edad la fertilidad empieza a bajar y aumentan, sólo teórica y estadísticamente, diversos riesgos: más dificultades para concebir (se recomienda hacer un estudio de fertilidad si no se logra el embarazo tras seis meses de intento serio)y, también teóricamente, más riesgo de aborto, bebés conmalformaciones congénitas, diabetes gestacional, hipertensión gravídica, placenta previa (la placenta obstruye parcial o totalmente el cérvix o cuello del útero), parto prematuro y parto por cesárea.
El tener esto en cuenta no significa que nos disuada de nuestro sueño de tener un bebé. Precisamente, para prevenir muchos de esos problemas, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), que avala la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), recomiendan como algo muy relevante y positivo la visita pregestacional o previa el embarazo (ver en ¿Deseas tener un hijo?)
Es importante tener presentes otros aspectos que incidan favorablemente en la salud materna:
- Peso saludable.
- Nada de alcohol ni tabaquismo (tampoco pasivo).
- Ingesta de ácido fólico, yodo y demás suplementos vitamínicos recomendados por el ginecólogo.
- Medicamentos sólo bajo prescripción facultativa.
- Alimentación equilibrada (y nada de carnes crudas o poco hechas para pervenir la toxoplasmosis).
- Evitar llevar una vida sedentaria y practicar ejercicio físico, aunque sólo sea andar con regularidad.
Si tomamos todas estas precauciones y contamos en todo momento con la ayuda de nuestro médico, lo más probable es que nuestro hijo, tan deseado, nazca sano y feliz.