En las sociedades que vivimos el sedentarismo es una tentación que acecha a la mayoría de las personas. Además, las distancias en las ciudades, el exceso de trabajo y tantas otras cosas que hay que hacer diariamente son el pretexto ideal para justificarnos porque “no encontramos tiempo”.
No necesariamente significa que en esta excusa no subyazca un fondo de verdad, pero todos sabemos que cuando debemos por razones de peso romper la rutina diaria y hacer cierta actividad física, sacamos tiempo de donde no lo hay.
Caminar y dar un paseo es el ejercicio físico más saludable en la gestación y ayuda a prevenir el sobrepeso.
Si el sedentarismo no es saludable para nadie, menos aún para una embarazada. No tienes que complicarte la vida buscando una piscina o un gimnasio, a ser posible cerca de casa y cuyos horarios se adapten a tus necesidades. Y, por supuesto, olvídate de cualquier ejercicio o deporte competitivo y que exija un gran esfuerzo físico. Puede ser suficiente sólo con pasear con cierta regularidad y rutina. Aprovecha ahora que viene la primavera, las temperaturas son más suaves y los días más largos. Siempre que sea posible, intenta pasear con luz natural, mejor que de noche. No vayas ni demasiado rápida ni demasiado lenta. Acomoda el ritmo a lo que dicte tu cuerpo.
Los beneficios del ejercicio físico moderado y regular son patentes en la gestación. Además de que ayuda a prevenir el exceso de peso, favorece el retorno venoso en las extremidades inferiores y previene la aparición de varices y otros trastornos venosos. El caminar también ayuda a tu corazón a bombear más sangre, ahora que la demanda es mayor porque tiene que hacérsela llegar también a tu bebé. Pasear con luz natural, bajo un sol no caluroso, activa la síntesis de vitamina D y te ayuda a mantener adecuadamente los niveles de melatonina, una hormona implicada en la regulación de los ritmos sueño-vigilia y del estado de ánimo.