Fumar y beber en exceso son conductas sociales hasta hace poco tiempo bien toleradas. Más recientemente, están empezándose a ver con malos ojos y las leyes cada vez son más restrictivas con estos problemas que van mucho más allá de un simple vicio o de una mala costumbre, puesto que a veces se convierten en auténticas adicciones, que anulan la voluntad y la capacidad de decidir del ser humano.
Evítale a tu hijo bajo peso, prematuridad, muerte fetal y otras muchas complicaciones. Durante el embarazo, no fumes ni bebas en exceso.
Cuando una mujer es adicta al tabaco y/o al alcohol el embarazo supone para ella un gran reto para abandonar ambas adicciones. Cuando eres madre, sabes que lo que no haces ni por ti misma, sí eres capaz de hacerlo por tu hijo, que además cuando está en tu vientre es un ser totalmente indefenso. Si la ilusión del embarazo y el deseo de tener un hijo sano no son motivos suficientes para que abandones estos hábitos, pide ayuda médica. Ahora hay multitud de alternativas terapéuticas en ambos casos. Y si quieres que te ayuden en esta situación, serás ayudada.
Tanto el tabaco como el alcohol son sustancias que atraviesan la barrera placentaria que protege al feto e interfieren muy negativamente en él. Incluso durante el período de lactancia pasan a la leche materna. Ambos son extremadamente dañinos para el feto y pueden causarle bajo peso, prematuridad, muerte y otras muchas complicaciones serias. También puede aparecer en el pequeño el llamado síndrome alcohólico fetal, que en España es la tercera causa de retraso mental grave y la más fácilmente prevenible. Se presenta sobre todo en hijos de madres alcohólicas.
Si no lo puedes hacer por ti, hazlo por ese precioso bebé que llevas en tu seno. Te lo agradecerá toda la vida. Y sabes quién puede ayudarte, si necesitas apoyo.