Con la llegada del invierno y el frío, aparecen inevitablemente los resfriados, la tos, los mocos y en algunos casos la fiebre. Con respecto a la tos, no siempre es recomendable actuar contra ella, pues es un mecanismo natural de defensa para expulsar algo que no debe encontrarse ahí, como por ejemplo los mocos.
Es por eso, que la tos no se considera en sí un problema, sino que nos ayuda a curarnos. Dependiendo del tipo de tos que tenga tu hijo, será conveniente que intentemos acabar con ella o por el contrario dejar que realice su función.
Aquí tienes algunos remedios caseros para combatir la tos en niños de manera natural.
¿Qué tipo de tos tiene tu hijo?
En el caso de que notes que tu hijo tiene una tos seca sin flema, significa que tiene una inflamación en las vías respiratorias y por instinto, el cuerpo cree que debe expulsar algo. En algunas ocasiones, esta tos puede hacer que se tenga dificultad para respirar debido a esta inflamación. Si se trata de una tos seca, sí deberemos intentar calmarla al igual que si la tos es ronca. Lo ideal en estos casos, es que coloques un humidificador y mantengas el aire húmedo, además de mantener hidratado al niño, es decir, haciéndole que beba mucha agua.
Para suavizarle la garganta, bastará con que le des una cucharada de miel o la diluyas en un vaso de leche caliente. Si tiene dificultad para respirar, será conveniente que coloques una almohada más para que esté más incorporado en la cama. Una cebolla cortada y colocada cerca del niño, también puede ayudarle a aliviar la tos.
Si por el contrario la tos es productiva o blanda, es importante que no la intentemos paliar, porque está ayudando a tu hijo a eliminar las flemas de su aparato respiratorio. Aún así, si por la noche impide que duerma, podemos ayudarle a sacar la mucosidad realizándole lavados nasales con suero fisiológico antes de acostarse para que respire mejor y disminuya la tos durante las horas de sueño. Haz que beba mucha agua para que expulse antes la mucosidad y disminuya la tos paulatinamente.