La Navidad es tiempo de ilusión, de compartir y de celebrar con la gente que uno quiere la dicha de empezar juntos un nuevo año. En la sociedad en la que vivimos, la Navidad es también tiempo de bullicio, ajetreo y consumismo que, aunque a nosotros nos parezca normal, puede abrumar a un niño adoptado.
El mejor regalo que le puedes hacer a tu hijo en su primera navidad es tu tiempo y tu cariño.
Recuerda que cada doce meses llega otra Navidad. Resiste la tentación de tirar la casa por la ventana para convertir estas fechas en “algo inolvidable”. Ahora tu hijo necesita sobre todo aprender a confiar en ti y sentirse seguro a tu lado.
La Navidad puede ser una época difícil para un niño adoptado, por eso es importante que sus primeras navidades entren de forma progresiva en su vida.
Si esta es la primera Navidad que pasáis juntos, puede que las siguientes ideas te sean útiles:
– Trata de mantener sus horarios y rutinas.
– Evita las aglomeraciones y los lugares bulliciosos.
– Programa actividades sencillas, que te permitan seguir cimentando la relación con tu hijo en un ambiente festivo pero relajado. Decorar la casa, hacer galletas o alguna manualidad para regalar son una excelente manera de disfrutar juntos del espíritu navideño.
– Limita las sorpresas y anticípale lo que va a suceder. Es más fácil que el niño se sienta seguro y pueda disfrutar de una comida con sus primos si conoce de antemano los planes.
– No des por obvio todo lo que para ti lo es. Si os vais de viaje, cuéntale adónde vais y que haréis, pero también que pasados esos días volveréis a casa.
– No le fuerces. Puede que tu hijo se asuste al ver a Papa Noel o que se resista a participar en actividades que la mayoría de los niños disfrutan. No te preocupes, es normal que los cambios y las novedades hagan que se sienta vulnerable e inseguro.
– No hagas caso a quienes te digan que está enmadrado o tiene “papitis”. Si tu hijo te reclama con insistencia o pide que lo cojas en brazos, dale lo que te pide. Si se siente inseguro, lo mejor que puedes hacer es demostrarle que siempre estás disponible cuando te necesita.
– No permitas que tu casa se llene de pronto de regalos. Piensa que tu hijo está aún aprendiendo a tener cosas suyas, y que necesita ir poco a poco. Uno o dos regalos esperados con ilusión le harán sentir toda la magia de estas fiestas; veinte objetos variados con los que no sabe ni por donde empezar no aumentan el placer, sólo su desconcierto.
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