No todos los niños duermen igual: unos te los encuentras en la misma posición en la que los dejaste y otros se mueven tanto que incluso se caen de la cama. ¿Qué significa esto?
Unos sueñan, otros son sonámbulos y otros no saben dormir si no es acompañados. Cada uno nos revela algo de su forma de ser, tanto en el sueño nocturno como en la siesta de la tarde. Los siguientes datos están realizados de modo estimativo, de ninguna manera son determinantes y cada niño es distinto, aunque sí que se pueden ver algunos rasgos comunes con más frecuencia. Os los enumeramos:
– El niño activo: no para quieto ni cuando duerme; es el que más se mueve por la noche.
– El tímido: se esconde entre las sabanas.
– El extrovertido: duerme rodeado de su muñecos.
– El miedoso: acaba metiéndose en la cama de los papás.
– El tranquilo: se despierta en la misma posiscion en la que durmio
– El ingenuo: suele dormir boca arriba.
– El desconfiado: suele dormir boca abajo.
Los niños que no se relajan nunca y se despiertan varias veces durante la noche no quiere decir que tengan problemas de carácter, ya que esto puede ocurrir por muchos motivos: hay niños de alta demanda que necesitan mamar 4, 5 o más veces cada noche, o puede que le estén saliendo los dientes, que no tenga el sueño maduro, etc.
Las tendencias infantiles a menudo se suelen continuar en la edad adulta, pero mediante la educación se pueden modular algunas características de su carácter.