No es la primera vez que hablamos del tema en esta guía. La consulta pregestacional o antes del embarazo es una de las mejores cosas que podemos hacer por la salud materno fetal, considerando que, actualmente, la gran mayoría de las parejas estables de los países desarrollados planifica y estudia bien la carta a la cigüeña.
Esta iniciativa, que apoyan la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología, que avala nuestra guía, y la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), tiene como principal objetivo detectar posibles problemas en la pareja que pudieran repercutir negativamente en la concepción y/o en el normal desarrollo de la gestación. Uno de los casos más claros sería, como se ha hablado en el artículo sobre diagnóstico preimplantacional, el de las parejas con riesgo de enfermedades transmisibles a su progenie.
Acudir al ginecólogo cuando planificamos un embarazo es una de las mejores cosas que podemos hacer por la salud materna y del bebé.
No obstante, esta consulta se recomienda a todas las parejas, sin excepción, por tratarse de una medida preventiva con grandes ventajas. Se aconseja, además, que no vaya sola la mujer a esta consulta, sino que idealmente acuda con el futuro padre.
Algunos estudios sugieren que si las parejas en edad fértil consultaran antes de quedarse embarazadas se reduciría en un 30% el gasto sanitario perinatal (mantenimiento de prematuros y soporte de niños con problemas).