A las 14 semanas de embarazo ya puedes presumir de barriguita, tu útero ha crecido y cada vez se nota más. Si eres mamá primeriza, de seguro quieres saber qué cambios se aproximan y si no lo eres, puedes confirmar que tienes buena memoria leyendo el resto de éste artículo.
Los malestares del primer trimestre, van quedando en el olvido y ya te sientes más ágil y adaptada a tu nuevo estado. Es ahora, en dónde comienzan a contemplarse posibles estudios a realizarse en las siguientes semanas en función, de antecedentes familiares relacionados con el síndrome de Down o similares y también en caso de que superes los 35 años de edad. Si presentas algunas de éstas características, entonces tú médico indicará exámenes como la amniocentesis, para comprobar que todo está bien. Se trata de insertar una aguja muy fina para extraer una muestra del líquido amniótico.
¿Qué riesgos presenta la amniocentesis?
Si bien ésta prueba conlleva un mínimo de riesgo de aborto, a la hora de tener un porcentaje alto de posibilidades de que el bebé sufra alguna anomalía, se recomienda llevarla a cabo. Te encuentras en el segundo trimestre de tu embarazo, y tu bebé ya mide 10 centímetros, pesa cerca de 30 gramos, tiene cejas y ahora sí, que comienza a crecer su cabello; puede mover su cabeza hacia los lados y, su cuerpo ya está conformado tanto a nivel interno como externo. Sus orejas están en la posición adecuada, pero continuarán creciendo a medida que avance el tiempo. En la recta final de las 14 semanas de embarazo, ya podrá tomar sus manos, y doblar las muñecas y los codos, por otra parte sus brazos se estirarán aún más.
¿Cómo sigue el desarrollo del bebé a las 14 semanas de embarazo?
Todo el cuerpo de tú bebé, está envuelto en un vello muy fino, llamado lanugo, él cuál protege la piel de su cuerpo, se irá incrementando hasta poco antes del parto, momento en el que desaparecerá.
Ahora, su cuerpo crecerá más rápido que su cabeza, y se distingue el cuello. Desarrolla el aparato reproductivo, los ovarios si es una niña o la próstata si es un niño.
Comienza a producir hormonas como consecuencia de la maduración de su glándula tiroides.
Te sugiero que, comiences a hablarle con voz suave o a leerle (puede oírte) cuando tengas momentos de tranquilidad e incluso escucha música suave, quizá con sonidos de agua o naturaleza; luego una vez que haya nacido, podrás hacer que la escuche nuevamente y verás cómo se relaja. Esto es porque lo recuerda.
¿Nos cuentas cómo te encontrabas a las 14 semanas de embarazo? ¡Queremos saber!