El significado de sus lágrimas puede ser de lo más variado, pero no existen reglas mágicas para poder descifrarlo.
Cuando llora un bebé intenta trasmitir sus sentimientos, comunicarse y eliminar la ansiedad que experimenta. Está pidiendo compañía, ayuda, tiene hambre, se siente incómodo o tiene frío. Hemos de intentar ponernos en su piel y evitar pensar que nos toma el pelo o lo hace a propósito.
Se había inventado un aparato decodificador basado en las diferentes frecuencias de llanto y, de forma estadística, se asociaba al hambre o al sueño. Sin embargo su capacidad predictiva no era infalible debido a las variables individuales. Cada niño tiene su carácter ya desde el nacimiento y se expresan de forma diferente: el tozudo y vehemente, el dócil, el indefenso… Cada uno llora de una forma característica.
Sólo el contacto íntimo con él, la experiencia diaria y la observación acumulada al compartir experiencias conjuntas serán nuestras mejores herramientas para distinguir las lágrimas de cocodrilo del verdadero llanto desconsolado.