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Mejor darle de mamar

darle de mamarNo lo dudes. Si tu salud y tu tiempo te lo permiten, dale de mamar. No obstante, queremos advertir de que se trata de una opción muy personal y que las madres que, por las razones que fueren, deciden dar el biberón a su hijo no deben tener sentimientos de culpabilidad. Cada caso es único y merece todo el respeto, siempre que se persiga el bien del bebé. Y éste es el principal deseo de toda madre.

La lactancia materna protege al bebé frente a enfermedades crónicas, infecciosas y alérgicas.

De las aproximadamente cuatro mil especies de mamíferos que existen, sólo la especia humana sustituye la leche materna por leches maternizadas. Y las diferencias entre una y otras son importantes. Una de las más destacadas es la variabilidad. Mientras que la leche de fórmula siempre es igual, la de la madre varía según su alimentación y los diferentes momentos de la tetada. Así, el niño aprende a distinguir rápidamente los sabores. Además, la leche materna posee proteínas humanas y oligoelementos de los que carecen las maternizadas.

La Asociación Española de Pediatría (AEP) aconseja dar el pecho a demanda, es decir, cuando el pequeño lo pida y hasta que se canse de mamar. Es aconsejable ofrecerle el pecho un mínimo de ocho veces al día, sobre todo en las primeras semanas de vida, para garantizar en la madre las hormonas de la lactancia. Salvo que el pediatra lo considere indicado, no será necesaria la suplementación con vitaminas y minerales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda ir introduciendo otros alimentos (papillas de distintos tipos) a partir de los seis meses, que es cuando el bebé está preparado para recibir alimentos con cuchara y manifiesta interés por probar otros además de la leche. En este caso también es conveniente ofrecerle agua si tiene sed, sobre todo en épocas calurosas.

Si optas por darle de mamar, su salud te lo agradecerá el resto de la vida.

Algunos expertos aconsejan la lactancia, acompañada de otros alimentos desde los seis meses, hasta los dos años. Naturalmente, esto es muy variable, según la disposición de la madre, las preferencias del pequeño… En España, como en el resto de la Unión Europea (UE), las leyes favorecen a las mamás que optan por amamantar a sus pequeños. De ello hablaremos con detalle en un próximo artículo.

Los beneficios que este acto representa para la salud de la madre y del niño son numerosos y además entre ambos se crea un vínculo afectivo muy especial:

– Reduce el riesgo de cáncer de mama y ovario y de osteoporosis.

– Con la lactancia el pecho va recuperando de forma más fisiológica su tamaño anterior al embarazo y también la mujer va recuperando mejor su línea en general, puesto que el bebé es un gran liposuctor, que le extrae unas 500 calorías diarias.

Los beneficios en el bebé son aún más numerosos:

– Reduce el riesgo de mortalidad y de infecciones, puesto que refuerza su sistema inmunológico o defensivo.

– También minimiza el riesgo de enfermedad alérgica cuando existen antecedentes familiares, así como de desarrollar patologías autoinmunes (artritis reumatoide, lupus eritematoso…).

– Algunos estudios incluso sugieren que aumenta la inteligencia.

– Otros trabajos, que requieren más comprobación, indican que en el niño amamantado hay menos problemas de maloclusión dento-maxilar y menor riesgo de linfomas en la infancia, así como de otras patologías en la edad adulta, como esclerosis múltiples o enfermedad coronaria (angina de pecho, infarto de miocardio, muerte súbita).



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