La tentación es enorme, pero, ¿realmente en que piensan los padres a la hora de comprar la ropa para su bebé? Está claro que uno quiere que su pequeñín luzca precioso y sea el más guapo del mundo, pero los bebés son muy frágiles y hay que tener mucho cuidado con lo que se compra.
¿Qué hay que mirar a la hora de comprarles la ropa?
Primero de todo, los bebés no necesitan tanta ropa como muchos creen, puesto que cada día van creciendo y muy pronto la ropa que se le compró se le va a quedar pequeña. De modo que no hay que volverse loco cuando se va a la tienda. No obstante, debido a su fragilidad, hay que tener una serie de cosas en cuenta a la hora de comprarla, ya sea ropa de bebé personalizada o la que venden las grandes marcas, hay que mirar:
- Tejido: Sobre todo para las prendas interiores hay que elegir tejidos naturales como el algodón o el lino. LA piel de los bebes es muy delicada y precisan de telas que sean suaves. La ropa interior si que puede ser con un poco de mezcla como fibra con lana o fibra y algodón, sin problemas.
- ¿Cómo se lava?: La higiene del bebé es muy importante, pero no solo de su piel sino también de la ropa que lleva. Hay que comprar ropa que sea resistente al agua caliente, ya que esto ayuda a eliminar los gérmenes. No se pueden usar detergentes, lejías ni suavizantes que irriten la piel y se necesita aclarar un par de veces antes de dejar que el bebé la vuelva a llevar puesta.
- Cómoda para el bebé: Por supuesto siempre tiene que ser cómoda para el bebé, no tirándole de los hombros ni tampoco dificultándole el movimiento, o esto podría hacer que se cayese al intentar caminar o correr y le haga pasar más tiempo gateando que caminando.
- Fácil de poner: También es importante que sea fácil de poner y de quitar, usando cierres de velcro o de corchetes. Así, si hay que cambiarle de ropa no será tan complicado, tanto si se está en casa como fuera de ella.
Hay que evitar a toda costa los lazos grandes y las florituras. Aunque puedan parecer bonitos a la vista, pueden ser peligrosos para los niños, así como tejidos que tengan pelo o lana que se puedan comer.