Una de las mayores preocupaciones de la gestante es qué fármacos puede consumir o no ante trastornos banales o serios. La última palabra siempre la tendrá nuestro ginecólogo. Es importante huir de la automedicación, aunque sea para un simple resfriado. Por ello, lo ideal es consultar siempre al médico y aprovechar las visitas periódicas para estar previamente bien informada ante eventualidades esporádicas no graves, como un dolor de cabeza o un episodio de estreñimiento.
Una buena costumbre es anotar todas nuestras dudas y preocupaciones para sacarle el mayor rendimiento a cada consulta y evitar que luego nos pasé el ¡Se me ha olvidado preguntarle?!
Durante varias décadas del siglo XX era relativamente común el empleo de fármacos en el embarazo. Fue a partir de 1961, con la tragedia de la talidomida, que produjo el nacimiento de miles de niños con malformaciones congénitas en todo el mundo, cuando cambio drásticamente la actitud en esta aspecto hacia la gestante.
¿Por qué algunos fármacos están contraindicados en el embarazo?
El miedo a los fármacos ante sus posibles efectos teratógenos (inducción de malformaciones fetales) hizo pasar al axioma de que la embarazada no debía tomar ningún tipo de medicamento y menos aún durante el primer trimestre. Este principio se hizo tan extensivo que los propios prospectos de los fármacos siguen siendo extremadamente cautos y rigurosos con la información a la gestante.
Sin embargo, ciertos procesos, como la fiebre, son teratógenos en sí mismos y, por tanto, la actitud más razonable será recurrir al antitérmico que recete el ginecólogo. Ahora se dispone de numerosos fármacos que pueden administrase en esta etapa y, gracias a ellos y a los avances en los procedimientos médico-quirúrgicos, es posible realizar grandes cirugías en embarazadas, como trasplantes de órganos y otras.
Debemos tener claro entonces que muchos fármacos no incrementan el riesgo de alteraciones en el desarrollo embrionario y fetal. Y, sin embargo, sí se han reconocido como teratógenas ciertas enfermedades maternas.
Ahora se prefiere recomendar un uso racional de los medicamentos, antes que una prohibición per se. Es sabido que las ocho primeras semanas de embarazo son fundamentales para el buen desarrollo del embrión y su posterior crecimiento como feto. El problema estriba en que todo o buena parte de ese tiempo ni la propia mujer conoce su nuevo estado y podría tomar medicamentos contraindicados. De ahí la importancia que se da a la visita pregestacional.
Cuando se habla del uso racional de los medicamentos en el embarazo, se refiere a que el beneficio de su aplicación, individualizando los casos, debe superar al de su restricción absoluta. Por ello, si crees que podrías estar embarazada, consulta antes al médico.
¿Qué medicamentos puede tomar una embarazada?
Si quieres saber qué medicamentos puede tomar una embarazada la mejor opción es contactar con el Centro de Investigación sobre Anomalías Congénitas (CIAN), perteneciente al Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Sanidad y Consumo) dispone, gratuitamente, de un Servicio de Información Telefónica para la Embarazada, que ayudará disipar muchas dudas a este respecto a las gestantes o a mujeres que preparan su embarazo: 91 822 24 36.
