Cuando los prejuicios o el racismo están presentes en nuestro entorno más cercano, los padres nos sentimos indignados y confusos. ¿Cómo proteger a nuestros hijos de los comentarios hirientes y ofensivos? ¿Cómo reaccionar cuándo se producen? ¿Debemos alejarnos de algunos de nuestros seres queridos para proteger a nuestros hijos?
En el libro Inside transracial adoption, Gail Steinberg y Beth Hall nos proponen afrontar el tema de una forma diferente. ¿Y si en vez de ver sus actitudes como un crimen que merece su castigo las trataramos como a una enfermedad? Se trata de un enfoque liberador, porque nos excusa de la necesidad de “castigar” y nos pone en mejor disposición para buscar estrategias para hacer frente al racismo y los prejuicios.
No podemos controlar las actitudes de nuestros familiares, pero sí podemos decidir cómo reaccionamos ante las que nos hacen daño, a nosotros y a nuestros hijos.
Proteger y enseñar a lidiar a nuestros hijos contra el racismo es parte de nuestra misión como padres.
A continuación recogemos algunas estrategias para responder a los comentarios negativos sobre la adopción o sobre las personas que proceden de diferentes culturas:
– Siempre que sea posible, prepara a tu hijo por adelantado. Si sabes que tu hijo se va a sentir incómodo, confuso u ofendido por algún familiar, explícale qué actitudes crees que tiene y de dónde crees que vienen. Explicarles el modo en que las personas formamos nuestras ideas les enseña a enfrentar los puntos de vista de los demás de un modo más sano, sin sentirlos como un ataque personal. Deja claro que ni estás de acuerdo ni te parece bien y dale permiso para responder de manera educada por sí mismo si lo desea.
– Responde inmediatamente a los comentarios ofensivos. No te calles, protege a tu hijo. No pierdas los nervios ni desates tu santa indignación. Una buena estrategia es contestar con preguntas simples del tipo “¿Qué quieres decir?”, ¿Por qué dices eso?”. No caigas en los ataques personales; escucha y rebate con cordialidad los argumentos. Dar una respuesta contundente pero calma, o inclusio aplazar la discusión para una segunda parte cuando hayáis podido buscar datos para rebatir sus ideas equivocadas, enseña a tu hijo que te tomas el tema en serio.
– Interrumpe, ¡no dejes que lo digan! No hace falta levantar la voz pero un firme “no voy a permitir que se digan esas cosas en mi presencia” marca los límites y deja claro a tu hijo que estás de su parte.
– En cuanto estéis a solas, saca el tema. Deja claro que no estás de acuerdo, que es el otro el que está equivocado y anima a tu hijo a hablar contigo si alguna vez escucha comentarios parecidos.
Esperamos que este artículo os haya resultado de ayuda para reaccionar cuando tu hermana, tu cuñado, tu padre o tu suegra exhiben prejuicios racistas o actúan como si la adopción creara “familias de segunda”. Si es así, por favor compártelo en tus redes sociales en los botones que tienes a continuación, tal vez ayudarás a otras personas que se han topado con la misma situación.
