Cada vez existe un mayor porcentaje de obesidad en el embarazo, es por eso que se ha desarrollado un estudio por el Ministerio de Salud de Reino Unido llamado ‘Salvando la vida de las madres’, que aboga porque las mujeres obesas o con sobrepeso tengan más consejo y apoyo durante el embarazo.
Según los autores, la obesidad en el embarazo se está convirtiendo en el principal problema de salud pública y su efecto en la maternidad debe tenerse seriamente en cuenta. Cuando la obesidad es un problema significativo durante la gestación se asocia incluso al riesgo de muerte materna.
Las complicaciones más comunes son hipertensión (que puede causar muerte fetal), colestasia (trastorno hepático asociado al parto prematuro) y diabetes gestacional (que causa fetos macrosómicos o demasiados grandes).
La obesidad en el embarazo aumenta el riesgo de complicaciones materno-fetales.
También es mayor el riesgo de infecciones, hemorragias y otras complicaciones serias que pueden comprometer la salud y la vida maternofetales. La obesidad genera asimismo mayor número de cesáreas en el parto e incrementa la mortalidad perinatal.
El trabajo británico revela que una mujer embarazada obesa tiene “unas cuatro o cinco veces más riesgo de morir durante el embarazo o el parto que una mujer de peso normal”.
En algunos países ya existen estrategias sanitarias de intervención que ayudan a la mujer a recuperar su peso normal antes de quedarse embarazada y a que lo restablezca a los seis meses del nacimiento.
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